Roblox es hoy una de las plataformas digitales más utilizadas por niños y adolescentes en todo el mundo. Su éxito radica en ofrecer un entorno donde los usuarios pueden crear y compartir experiencias interactivas, una fórmula que combina juego, socialización y creatividad. Sin embargo, su popularidad convive con crecientes alertas: investigadores, pediatras y organizaciones de protección infantil advierten de riesgos significativos a los que se exponen los menores en este ecosistema.
Una investigación de la consultora Revealing Reality, publicada en The Guardian, reveló que incluso niños de cinco años pueden acceder a entornos con contenido sexualizado y a interacciones con adultos no supervisadas. En España, la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia y el Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría han pedido públicamente a las familias que revisen si sus hijos juegan a Roblox, tras detectar conductas lesivas vinculadas a su uso.
Roblox puede ser una herramienta de aprendizaje y diversión, pero sin una vigilancia activa se convierte en un terreno de alto riesgo para los menores. Y esto debería importarnos a todos: padres, educadores, legisladores y a la propia industria tecnológica.
¿Qué es Roblox y por qué atrae a tantos niños?
Roblox no es un juego único, sino una plataforma de experiencias interactivas creadas por usuarios. Según The Guardian, en 2025 contaba con unos 85 millones de usuarios activos diarios, y se estima que alrededor del 40 % son menores de 13 años.
Su atractivo está en permitir a los usuarios diseñar mundos y compartirlos con otros. Para los menores, es un lugar de socialización donde conversar, colaborar y jugar. Pero esa misma apertura, que fomenta la creatividad, abre la puerta a interacciones imprevisibles. En un ecosistema tan vasto, la línea entre la diversión y la exposición a riesgos puede difuminarse rápidamente.
Riesgos principales: más allá del tiempo de pantalla
La literatura académica y los reportes de organizaciones independientes coinciden en al menos cuatro riesgos clave:
- Interacciones no supervisadas: chats de texto y voz facilitan el contacto con desconocidos. El grooming, cuando adultos manipulan a menores con fines de explotación, es una amenaza documentada.
- Contenido inapropiado: pese a los filtros, hay experiencias con violencia explícita o sexualización que logran escapar al control.
- Microtransacciones y economía interna: muchos menores no diferencian moneda virtual de dinero real, exponiéndose a compras compulsivas o estafas.
- Impactos psicológicos: ansiedad, aislamiento social y patrones de adicción digital han sido reportados por pediatras españoles.
¿Qué hace Roblox para proteger a los menores?
La empresa ha implementado varias medidas en los últimos años:
- Mensajería restringida: cuentas registradas como menores de 13 años ya no pueden enviar mensajes directos fuera de los juegos o experiencias.
- Clasificación por edades: etiquetas como “Minimal”, “Mild” o “Restricted” permiten filtrar experiencias según contenido.
- Política reforzada sobre contenido sexual y romántico: en agosto de 2025, Roblox amplió sus normas para prohibir expresamente todo contenido sexual, incluso sugerido o implícito.
- Controles parentales: posibilidad de limitar gastos, acceso y comunicación.
Estas iniciativas muestran reconocimiento del problema, pero no garantizan la seguridad. Los filtros son imperfectos y, como señalan expertos en ciberseguridad, los menores más hábiles pueden evadirlos.
¿Por qué no basta con confiar en los filtros?
Lo incómodo es admitir que la tecnología por sí sola no protege a los menores. El control algorítmico detecta parte del contenido inapropiado, pero falla en matices y se ve sobrepasado por la velocidad con la que surgen nuevas experiencias. Además, muchos padres desconocen cómo activar o configurar los controles parentales, lo que deja al menor expuesto.
Como escribió la investigadora Sonia Livingstone: “Delegar la seguridad de los niños a los algoritmos es insuficiente; la mediación adulta sigue siendo irremplazable”.
¿Qué pueden hacer padres y educadores?
La responsabilidad se comparte, pero las familias son la primera línea de defensa. Algunas acciones recomendadas:
- Revisar la configuración de privacidad y los límites de gasto en cada cuenta.
- Acompañar las primeras sesiones de juego, explorando qué mundos frecuenta el menor.
- Dialogar abiertamente sobre los riesgos del chat online y establecer normas de uso.
Un dilema abierto
Roblox simboliza la paradoja de la era digital infantil: un espacio de creatividad sin precedentes que, al mismo tiempo, expone a riesgos graves. Ni el alarmismo ni la complacencia sirven; necesitamos vigilancia informada, regulación efectiva y compromiso empresarial.
La pregunta que queda abierta es: ¿seremos capaces, como sociedad, de equilibrar la innovación con la protección de los más vulnerables? La respuesta marcará no solo el futuro de Roblox, sino el de toda la cultura digital en la infancia.