Los centros de datos crecen como ciudades invisibles. Cada consulta a un chatbot recorre kilómetros de fibra y termina en naves que devoran electricidad. Ese hambre energético ya empuja nuevas plantas renovables y más almacenamiento en baterías. Si el litio sostiene esa flexibilidad de la red, ¿de quién es el agua que hace posible el litio?
En el Salar de Atacama y en los salares de Jujuy, comunidades y científicos advierten subsidencia y tensiones hídricas. Mientras, la Unión Europea sube el listón con pasaporte digital de baterías, metas de reciclaje y debida diligencia. Este es el dilema: IA útil sí, pero con garantías para territorios y pueblos.
La Agencia Internacional de la Energía (IEA) prevé que el consumo eléctrico de los centros de datos podría más que duplicarse hacia 2030, con la IA como motor del crecimiento. En paralelo, la IEA estima que las fuentes de bajas emisiones —renovables y nuclear— cubrirán todo el crecimiento de la demanda eléctrica mundial hasta 2027. ¿Qué significa? Que donde florecen hubs de datos se necesitan sistemas de almacenamiento con baterías para integrar renovables y estabilizar la red.

Conviene no sobredimensionar el vínculo: hoy el 87% del litio se destina a baterías, con el vehículo eléctrico como tirón principal. Pero la geografía importa: la demanda de flexibilidad se concentra en nodos de red cercanos a grandes centros de datos.
“Las fuentes de bajas emisiones cubrirán todo el crecimiento de la demanda eléctrica mundial hasta 2027.” — IEA, 2025
Promesa, límites y un “depende” incómodo
La extracción directa de litio (DLE) promete mayor recuperación y plazos más cortos que la evaporación. Pero no es oro todo lo que reluce. Algunas variantes aumentan el uso de agua dulce y requieren reinyección de salmueras con controles hidrogeológicos exigentes; el balance ambiental depende del método y del acuífero . La postura responsable es clara: pilotos con datos públicos, evaluación caso por caso y verificación antes de escalar.
Europa mueve ficha: trazabilidad, circularidad y diligencia debida
La UE ha trazado una ruta con tres caminos interconectados:
- Reglamento de Baterías (UE) 2023/1542. A partir de 2027 será obligatorio el pasaporte digital de baterías. Un QR con datos de origen, huella y contenido reciclado
- “Stop‑the‑clock” en debida diligencia. La aplicación de las obligaciones de debida diligencia se aplaza a agosto de 2027 para dar tiempo a preparar sistemas de verificación, sin rebajar el alcance
- Critical Raw Materials Act (CRMA, 2024/1252). Marca benchmarks 2030 de 10% extracción, 40% procesado y 25% reciclaje en la UE, y <65% de dependencia de un solo país por material/etapa.
En el plano de mercado, Europa podría superar 50 GW de baterías en 2030 (≈€80.000 M), pero el sector estima ~200 GW necesarios para integrar renovables de forma segura.
Cierre: una decisión que no podemos delegar
Podemos tener IA útil y energía más limpia sin dejar cicatrices en los salares. Pero sin FPIC real, sin agua asegurada y sin circularidad verificable, no hay litio aceptable. El resto es marketing.
“El consentimiento libre, previo e informado no es un trámite: es un derecho.”